jueves, 15 de noviembre de 2012

Que vienen, que vienen...

Seguimos con los dimes y diretes en la Fundación, sigue abierto el plazo para la presentación de ofertas para la gestión de la dirección-gerencia del hospital. Hasta el día 4 todavía hay tiempo que las distintas empresas que se dedican en este país o en otros a gestionar hospitales, opten por el nuestro.

Así que, pase lo que pase, lo que está claro es que tendremos jefes nuevos, o al menos, los que tengamos la suerte de librarnos de la criba de personales sanitarios (y no sanitarios) que puede que se produzca.

Momento ideal para repasar este artículo.

Viene un jefe nuevo:

Los expertos dicen que en el futuro podremos elegir a nuestros jefes, pero mientras llega ese momento... no le queda más remedio que aceptar el que le imponen. Que le cambien al jefe es algo que usted no podrá evitar, por eso es mejor que adopte una actitud positiva y no haga comparaciones odiosas con el que tiene actualmente.

Así que seamos prácticos, jefe nuevo vamos a tener seguro, así que repasemos algunas claves que nos dan en el artículo en cuestión que nos permitirán gestionar este cambio:
  • Según las encuestas, los españoles queremos jefes que influyan, no que manden. 
Puede que usted tenga la suerte de tener a partir de ahora uno de ellos, pero tiene que aprender a trabajar con él. Este tipo de superiores no le dirá lo que debe hacer, le dejará a usted tomar sus propias decisiones y sólo intentará guiarle para que tome las correctas. 
Coño, ¿pero esas cosas existen? Como dicen mis chiquillos viendo los anuncios de juguetes... "Me lo pido, jajaja...". Y más si tenemos en cuenta el punto siguiente:
  • Según un estudio de la consultora Otto Walter, más de la mitad de los directivos españoles no alcanza el nivel exigible. 
No se trata de que se agarre al mal de muchos..., pero sí que lo tenga en cuenta a la hora de criticar al suyo. Si está pensando en irse de su trabajo porque le cambian al jefe, piense también en ello.
Es decir, que uno es de números más que de letras, que tenemos más probabilidades de que nos vuelvan a salir rana que de lo contrario, así que no generemos falsas expectativas.
  • Cuando llega un nuevo jefe a la oficina el ambiente se enrarece. 
Tenga cuidado y no entre en el juego de aquellos que quieren destruir al recién llegado sin saber cómo es éste.
Esto es fundamental. Uno necesita buenrolling allí por donde va (aunque nos hayan criticado tanto por eso en la llamada blogosfera sanitaria), así que si encima de tener malos jefes, nos da por sacarnos los ojos entre los compañeros, pues apaga y vamonos.




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