jueves, 28 de octubre de 2010

Una hora menos.

Pero no en Canarias, no, sino en todos los relojes de nuestras casas... ya me veo otra vez la mañana del domingo 31 con el ritual de ir buscando habitación por habitación, todos los relojes, relojillos, despertadores, etc., etc., para ir restando en todos y cada uno de ellos una hora menos.

Y es que este sábado nos regalan una hora, a las 03:00 serán las 02:00, y digo que nos regalan, porque ya nadie se acuerda de la que nos quitaron en marzo.

Todavía me acuerdo en mis años mozos cuando te ponían una hora para volver a casa, y siempre nosotros siempre proponíamos la "hora nueva" mientras que nuestros padres se quedaban con la "hora vieja", jajaja...

Pero ahora los padres somos nosotros, y en mi caso, igual el spiderboy con 4 años lo nota menos, pero a ver quién le explica a la inFanta de Naranja, Sofía, con 8 mesitos, que tiene que seguir durmiendo una hora más... ya me veo el domingo en pie a las 7 de la mañana, que con una hora menos serán las 6!

"El cambio de hora afecta a nuestro ritmo circadiano, porque hay una repentina aunque afortunadamente corta alteración de las horas de luz. Y eso influye en el comportamiento humano y animal, pero no se asusten, el organismo ha aprendido a adaptarse sin mayores problemas."
Así que parece ser que el problema serán las horas de luz, pero el simple cambio horario que experimentaremos ahora si acaso se notaría un poco más en "individuos con alguna base patológica", quizá en "cierta melancolía por más horas de oscuridad".

Y hablando de relojes y de melancolía, nada mejor que este tema de Quique González, "Reloj de plata":



Terminan el artículo en cuestión con la siguiente recomendación: "Enciendan la luz y protéjanse del cambio horario." ¿Sabrán estos señores que no han hecho más que subirnos y subirnos el recibo de la luz?

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