sábado, 10 de abril de 2010

Mi agüita amarilla.


No doy credito a lo que estoy leyendo en la prensa, y es que resulta que los trabajadores de Ikea en Milán protestan por tener que ir al baño con cronómetro.

Según publican los medios italianos citando fuentes sindicales, la plantilla de la tienda que el grupo de muebles y decoración tiene en Corsico, donde trabajan 542 personas, quiere denunciar que la dirección está llevando a cabo una política de "presión" contra los empleados del todo "inútil". Además de cronometrar las visitas al baño, añaden, también han prohibido comer chicle mientras se trabaja y se han llegado a dar casos de acoso laboral por parte de los jefes.

Nos estaremos volviendo locos?

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